Relato. "Fue amor a primera vista en un concierto, aunque nunca pensé que todo terminaría así"
Fue hace exactamente 5 años y, si le soy
sincera, doctor, nunca pensé que la flecha de Cupido pudiera ser, de hecho, tan
efectiva.
-No bromee con eso, señorita García
-dijo el doctor.
Lucía sonrió.
-Cuéntemelo otra vez. No paráremos
hasta que deje de crear historias que nunca han existido –dijo el doctor.
-Pero… ¡Si es cierto! ¡Así es como
ocurrió!
-Por favor, cuéntemelo de nuevo
-insistió el doctor.
Lucía se puso cómoda en el sillón de
cuero, tumbándose, después cerró los ojos y comenzó
Nos conocimos en un concierto. Fue
justo a la entrada, antes de que comenzara, y fue completamente un flechazo;
vamos, lo que todos llaman amor a primera vista.
Fue muy común, nada especial.
Estábamos tomando unas cervezas en la calle, para calentar motores antes del
concierto y, entonces, él se acercó, me tocó la espalda y me pidió fuego. Por
aquel entonces no fumaba, ni fumo ahora pero, tras encontrarme de frente con
aquella belleza de niño, créame doctor, consideré empezar a fumar; si el tío de
mi vida fumaba, yo también quería.
El doctor esbozó una pequeña sonrisa.
En lugar de eso –continuó Lucía-, fui
a buscar a la única amiga mía que fumaba, y volví con un mechero. Él me ofreció
un cigarrillo, el cual rechacé diciéndole que acaba de tirar uno.
-Lucía-dijo el doctor-, esta parte la
tiene usted muy clara. Le importa que avancemos hasta la parte del reservado en
el concierto.
Lucía continuó.
El flechazo de Cupido
Como le he dicho muchas veces, fue un
flechazo, amor a primera vista. Y, lo mejor de todo, es que fue mutuo.
Nos enamoramos completamente y
pasamos el resto de la noche juntos. Él había comprado las entradas del
concierto en un reservado especial, de esos que están acristalados y en los que
tienes tus propios televisores. Me invitó a ver el concierto desde allí, con
él, así que acepté.
-Esta es la parte
importante, Lucía. Continúe, por favor. Cuénteme la parte en la que usted
piensa que una flecha de Cupido asesinó al amor de su vida.
Lucía se incorporó y se
sentó sobre el sillón de cuero.
-Doctor –dijo Lucía-, le
asesinaron, y eso es un hecho, puesto que hace 5 años que está pudriéndose bajo
tierra, pero yo nunca he dicho que fuera Cupido. Fue una flecha, sí, que
atravesó el cristal del reservado para incrustarse directamente en su sien.
Creo que fue uno de sus amigos.
-¿Por qué piensa eso?
-Cuando sus tres amigos
se marcharon para ver el concierto en la parte de abajo, en directo, uno de
ellos, antes de cerrar la puerta, dijo:
“Tened cuidado,
tortolitos. La flecha de Cupido también puede matarte”.
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