Relato. "Tarde de invierno"
Era un día nublado. Hacia un frio que daba miedo. Salí de
compras por la tarde con mi mejor amiga Jane, ya que mañana era Navidad y
necesitaba suministros porque mañana vendrían de visita mi madre, mi padre, y
mi hermana Amanda.
Me despedí de mi gato Nono,
le di un besito en la cabecita y salí pitada de mi casa porque mi amiga
Jane estaba esperándome abajo.
Íbamos mi amiga Jane y yo por la calle, y entonces vimos una
tienda de libros muy antigua. Entonces le dije a Jane de que entráramos, pero
ella me dijo que tenía prisa en comprar. Entonces me dijo que entrara yo y que
en 1 hora quedáramos delante de esa tienda para reanudar las compras navideñas.
Yo acepté. Me despedí de ella y nos dijimos que dentro de una hora nos
veríamos.
Entré en aquella tienda. Era enorme. Habían libros por todas
partes, y lo más alucinante fue que eran antiguos.
Estaban separados en secciones. El primero que vi fue el de Don Quijote, estaba envuelto de una
cristalera en forma de cuadrado. Me quedé atónita. Era el libro verdadero de Don Quijote!. Se veían las páginas antiguas, la letra casi
inteligible.
Más adelante, vi una estantería llena de novelas. El autor
que más me gusta es Charles Dickens, me
gusta mucho sus novelas, sobre todo la de Cuento
de Navidad. Iba pasando de libro en libro, hasta que encontré Cuento
de Navidad!
Fui a cogerlo, pero notaba que una fuerza del otro lado de
la estantería me lo quitaba de las manos, entonces lo cogí de las dos manos con
tanta fuerza que me fui para atrás y me caí de culo.
Entonces vi que alguien se acercaba a mí, me tendió la mano
y me preguntó:
-Hola, estás bien? –me
preguntó una voz aguda, pero a la misma vez divertida
-Sí, estoy bien, a la otra no tirare tan fuerte -dije sin levantar la cabeza
-Te has hecho daño? -me dijo una voz aguda
Entonces levante la mirada mientras me ayudaba a
incorporarme. Era el hombre mas guapo que nunca había visto. Tenía los ojos
marrones claro, y el cabello de color castaño. Era alto, con una buena
anatomía.
-Esto.. no, estoy bien, gracias –contesté avergonzada
-Perdona, pero no me he presentado, soy Jhon. Y tú
eres? –dijo alcanzándome la mano
-Blanca, encantada de conocerte –contesté devolviéndole el
saludo
Entonces, nos presentamos en aquella tienda de libros
antiguos, estuvimos hablando sobre poesía, sobre opiniones acerca de autores.
Me lo estaba pasando tan bien que se me pasó la hora y entonces corriedo miré
el móvil.
Tenía 10 llamadas perdidas de Jane. Le conté a John que tenía prisa.
Entonces él me comprendió y me pidió el numero de mi teléfono móvil. Se lo di,
y me dijo que aquella misma tarde me llamaría para quedar.
Entonces nos despedimos. Sabía que aquello era el comienzo
de una relación. Y en efectivo, así era.
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